Tecnología de defensa ante el apocalipsis apícola
Para evitar un lento proceso de extinción. Los virus, los fitosanitarios, el clima y el abuso del hombre son las principales amenazas a las que se enfrentan las abejas, un insecto con fama de obrero infatigable, pero que hoy precisamente vive un momento bastante fatigoso, inmerso en un lento proceso de extinción.
Los investigadores de la Unidad de Apicultura del Departamento de Zoología del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario ceiA3 de Córdoba han diseñado un nuevo sistema para controlar las colmenas y entender cómo les afecta el cambio climático.
El encargado de este proyecto es José Manuel Flores, que lleva desde los años 80 inmerso en el mundo de la apicultura, a pesar de ser alérgico a la picadura de la abeja.
Inconvenientes para las abejas
Flores ha explicado a Efe que los principales problemas a los que se enfrentan las abejas es la utilización muy intensiva de estos insectos, con un alto nivel de exigencia, y dejándolos muy expuestos a unos fitosanitarios muy nocivos.
Frente a la acción del hombre, la fuerza de la naturaleza, las abejas están hoy expuestas al cambio climático y los cambios de temperatura, muchas veces extremos, que las confunden y las dejan desorientadas e incapaces de discernir entre la primavera y el verano.
Finalmente, el tercer factor nocivo es el parásito “varroa”, un ácaro que produce la varrosis, surgido en los años 80, y muy dañino porque expolia la sangre de las abejas y les transmite otras enfermedades víricas, que les producen una muerte prematura y les impide trabajar adecuadamente.
La pérdida de abejas fluctúa en función del año y de las condiciones meteorológicas del mismo, pero se ha mantenido constante en los últimos años, según Flores.
Los expertos han trabajado con un sistema conocido como “fondos sanitarios”, que eliminan hasta el 60 % de los parásitos pero la colmena queda expuesta a las condiciones meteorológicas.
Sistema informático para la apicultura
Este escollo se ha salvado con este nuevo sistema ideado en Córdoba y que permite comprobar hasta qué punto los fondos pueden afectar a la aparición de otras enfermedades, y estudiar como les afectan las condiciones ambientales.
Uno de sus diseñadores, Juan Luna, ha explicado que se trata de un sistema de monitorización sencillo y de bajo coste: una placa base que integra un reloj en tiempo real, una unidad de almacenamiento y unos sensores diseñados de manera específica para esta aplicación para controlar los cambios de temperatura y humedad en el interior de las colmenas y su relación con el exterior.
Esta información permitirá comprender por qué son cada vez más frecuentes las enfermedades en las abejas o cómo les puede estar afectando el cambio climático, con olas de calor y frío en épocas no habituales.
“Trabajamos una tercera versión que incorpore sensores para el pesaje de la colmena, y la contabilidad de abejas”, según Luna, que espera tener esta versión para el próximo curso.
Estas variables generarán información sobre cómo afectan las condiciones ambientales a la actividad diaria o a la longevidad de las abejas, y permitirá conocer las causas de la extinción de este insecto.
El premio a su supervivencia no amarga a nadie, puesto que es tan dulce como la miel.