UNA EUROPA QUE USA EFICAZMENTE LOS RECURSOS: INICIATIVA EMBLEMÁTICA DE LA ESTRATEGIA EUROPA 2020
También en una escala política, la mejora de la eficiencia en el uso de los recursos se ha identificado como algo esencial para el crecimiento y el empleo de la Unión Europea. Se trata de una dinámica que abarca gran número de políticas y de sectores de la actividad económica. Los resultados a obtener han de incluir la reducción de inputs de materiales en las actividades económicas productivas y minimizar los residuos, lo que lleva a la necesidad de actuar en todos los elementos de las cadenas de producción, en la energía, en el transporte, en la construcción, en el turismo, en la gestión de los negocios, etc. La Iniciativa pretende ofrecer una visión global e integradora y a largo plazo para todos los sectores afectados, que pueda ser tenida en cuenta desde el mismo principio de la formulación de las políticas y medidas de reforma derivadas de Europa 2020.
Los beneficios a obtener se dejarán sentir en toda una multitud de aspectos, incluidos desde luego los de carácter ambiental. Resulta evidente que la eficiencia energética y la reducción de las emisiones contaminantes mejorarán la calidad del aire y, en consecuencia, la salud y la calidad de vida. Reducir los residuos y mejorar el reciclado reducirá también las presiones ambientales (extracción de materiales, vertederos, incineradoras, emisiones, etc.) y disminuirá el consumo de materias primas y con ello los impactos sobre el territorio y sus ecosistemas. Todo ello traerá consigo también importantes beneficios de otro tipo, como reducir la dependencia energética y de materias primas, aumentar la seguridad frente a la volatilidad de precios del petróleo, promover la innovación y desarrollo de tecnologías más favorables al medio ambiente, así como la generación de empleos nuevos en sectores de futuro, la mejora la competitividad global de la economía europea y la generación de nuevas oportunidades de negocio.
La dimensión internacional de este reto es también muy importante, pues la acción conjunta a escala global creará sinergias y aportará mayores beneficios. Por una parte, una mayor eficiencia puede conducir a una demanda más controlada y, de ahí, a una reducción de riesgos en el acceso a las materias primas. Por otra parte, la demanda de servicios, conocimientos y tecnologías innovadoras aumentará, con lo que se verán multiplicados los beneficios mutuos en términos de innovación y los esfuerzos realizados se rentabilizarán mejor con una demanda en un mercado global. En sentido contrario, la falta de acción por parte de otras economías desarrolladas y emergentes podría ubicar a la Unión Europea en ciertas situaciones de desventajas competitivas relativas y a la postre terminarían retrasando y haciendo más cara la transición a esta nueva economía inevitablemente verde. Todo ello hace también imprescindible la incorporación de esta perspectiva de eficiencia en el uso de los recursos a la política y a las relaciones externas de la Unión Europea y, en particular, a su política comercial por el gran potencial de dinamización que tiene a escala global. La Comisión identifica en su Comunicación las 16 hojas de ruta y medidas a lanzar o lanzadas en 2011 para avanzar en esta vía de la eficiencia en el uso de los recursos con una perspectiva de acción e implementación a medio y largo plazo. Es una lista amplia que abarca las políticas más variadas, como la de cambio climático, la energética, la fiscal, la de biodiversidad, la de transporte, la presupuestaria, la de competitividad o la de innovación, por señalar sólo algunas. Destacan entre ellas:
- La Hoja de ruta para lograr una economía baja en carbono en 2050, dedicada esencialmente al cambio climático y de la que nos ocuparemos en la siguiente sección.
- La Hoja de ruta de energía para 2050 y el Plan de Acción de eficiencia energética, ambos elementos clave en conexión con la anterior.
- La Estrategia de biodiversidad de la Unión Europea, para alcanzar el objetivo de parar la pérdida de biodiversidad en 2020.
- Una estrategia para impulsar el reciclado de residuos, con el objeto de orientar la Unión Europea hacia una economía circular.
- El Libro Blanco de transporte, que orienta la futura acción en materia de transporte e incorpora importantes elementos para aumentar la contribución del sector a los objetivos de cambio climático.
- Todo el conjunto de propuestas de reforma de las políticas de la Unión directamente ligadas al presupuesto (agraria, pesca, cohesión, etc.).
Su puesta en marcha será necesariamente paulatina y requerirá tiempo, esfuerzo y profundos debates, pues por su naturaleza transversal las medidas a adoptar tendrán con frecuencia beneficios en unos sectores y podrán causar perjuicios en otros, lo que requerirá detalladas recogidas de datos e información, así como análisis de alternativas y de impacto para determinar las opciones adecuadas en cada caso.
En términos generales la Iniciativa de la Comisión fue bien acogida aunque tal vez algunos habían depositado expectativas más altas que las que finalmente incluyó la Comunicación. Algunas de las voces más exigentes proceden de las ONG ambientales, que siguen esperando una aceleración del proceso y que consideran que puede no ser suficiente con hablar de mejorar la eficiencia en el uso de los recursos y que hay que hablar de reducción de la cantidad de recursos utilizados, pues recuerdan que junto con la mayor eficiencia puede venir también un aumento de la demanda y uso de recursos. A título de ejemplo podemos recordar algunos de los elementos que European Environmental Bureau (EEB) y Friends of the Earth desearían ver en esta Hoja de Ruta y que han recogido en un reciente documento de posición conjunto. Destacan, entre otros los siguientes:
- adopción de indicadores como la huella ecológica, la huella de carbono, huella de agua y uso global de materiales, que se deberían usar en todas las evaluaciones de impacto de las políticas de la Unión,
- reforzar la coherencia entre las distintas políticas de la Unión Europea (agraria, pesquera, regional, transportes, energía, etc.),
- establecer objetivos cuantificados de reducción del uso de recursos en 2013 en todos los sectores,
- crear una Agencia de Eficiencia de Recursos con el objeto de ayudar a los Estados miembros en sus políticas al respecto.