Un estudio de la UMH revela que las acequias y azarbes de la Vega Baja acumulan más residuos de origen urbano que agrícola

Un equipo de investigadores de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela (EPSO) de la Universidad Miguel Hernández (UMH) ha cuantificado y caracterizado los residuos flotantes que se acumulan en la Vega Baja con el fin de analizar y estimar la cantidad que se vierte anualmente. Entre las conclusiones de este trabajo, se ha determinado que en las acequias y azarbes apenas hay residuos vegetales, sino que abundan los envases de plásticos, que proceden principalmente de actividad doméstica. Asimismo, se han detectado envases agrícolas, pero, en número, representan únicamente el 3% del total.

Los investigadores de la UMH han realizado este estudio, a petición de la Dirección General del Agua (Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural de la Generalitat Valenciana). En la Vega Baja, el sistema de regadío tradicional que se desarrolla desde la época romana está formado por una compleja red de canales de riego y drenaje, que toman el agua directamente desde el río Segura mediante pequeñas presas o azudes, situadas en su cauce. Estos azudes derivan el agua a las acequias, que la distribuyen a las parcelas de cultivo. El exceso de agua de riego es recogido en canales de drenaje, llamados azarbes que, a su vez, se usan como canales de riego de parcelas situadas aguas abajo. En algunos puntos del río y de los canales se acumulan grandes cantidades de residuos flotantes y ocasionan problemas de diversa índole.

La administración y control del dominio público hidráulico, en el que se incluye el cauce del río, es función de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), mientras que las acequias y los azarbes son infraestructuras que pertenecen a las comunidades de regantes, quienes se deben ocupar de su mantenimiento. Los residuos flotantes que llegan al río a través de los azarbes son objeto de control por parte de la CHS que los considera de origen mayoritariamente agrícola y, por tanto, responsabiliza a los regantes de su limpieza. En este contexto, un equipo de investigadores de la EPSO ha identificado los puntos más conflictivos y, sobre ellos, se han realizado vuelos de dron para tomar imágenes cenitales. Mediante análisis de imagen se ha medido la superficie ocupada por flotantes y el número de residuos de distintas clases.

En dos puntos donde se producen acumulaciones importantes, en la acequia de Callosa y en el azarbe de Cebadas, se procedió a extraer los flotantes acumulados, que se clasificaron y contaron manualmente, comparando con los resultados obtenidos por análisis de imagen. En el río, entre los flotantes predominan los residuos vegetales, principalmente cañas, con más del 90% de volumen. Por su parte, en las acequias y azarbes apenas se ven residuos vegetales, sino que los envases plásticos son los elementos que se encuentran en mayor cantidad.

En paralelo, para conocer la percepción del problema por parte de los actores del territorio, se organizó un proceso participativo sobre Residuos Flotantes en el Río Segura y sus Infraestructuras, que se celebró en el campus de Orihuela-Desamparados en abril de 2019, con la participación de todos los colectivos relacionados con el río. Se constituyeron tres grupos focales con representación de distintos colectivos, en los que se analizaron las causas, consecuencias y posibles soluciones del problema que plantean los flotantes en el sistema. En opinión de los asistentes, los principales residuos flotantes en acequias y azarbes son urbanos y la responsabilidad de la ciudadanía en general, aunque destacaron el papel de la agricultura en el vertido de determinados residuos como bandejas de semillero y botellas de fitosanitarios.

La responsabilidad de la CHS en la limpieza de cañas y carrizos fue motivo de debate durante las sesiones. Entre los problemas generados por los flotantes destacaron los económicos, medioambientales y paisajísticos, aunque se mencionaron, también, problemas de salud pública, sociales y legales. La mayoría de los encuestados consideró efectivas las infraestructuras de retención existentes, pero señalaron la falta de mantenimiento como principal problema relacionado con estas infraestructuras. Se ha estimado el volumen de flotantes acumulado a lo largo de un año en los puntos de muestreo y el volumen total que se recogería en la Vega Baja a lo largo de un año sería de 6.143 m3, de los cuales se estima que 1.160 m3 proceden de la Región de Murcia y 4.983 m3 se generan en el sistema de la Vega Baja. Cabe señalar que se trata de una estimación a la baja, ya que no ha sido posible tomar medidas en otros puntos del río donde se observaron grandes acumulaciones, como en la cadena de Formentera o en el azud de Rojales.