Frente al conformismo de la Comisión destaca la ambición del Parlamento europeo que tiene claro que el liderazgo mundial frente a China y Estados Unidos se va a basar en la sostenibilidad a través de objetivos vinculantes y nacionales en eficiencia energética, renovables y reducción de emisiones de CO2, según Javier García Breva.
Para Javier García Breva, experto en políticas energéticas y Presidente de N2E “el debate no ha hecho más que empezar”.
El Parlamento europeo ha adoptado el 5 de febrero su propuesta de resolución sobre un marco para las políticas de clima y energía en 2030 que enmienda el cien por cien de las propuestas y objetivos de política energética que presentó la Comisión europea hace diez días.
Para ello, el Parlamento europeo ha planteado para 2030 tres objetivos vinculantes y con objetivos nacionales en un “enfoque de paquete” (enfoque de tres objetivos) sobre los que girará la competitividad de la economía europea y su liderazgo en el futuro.
Estos tres objetivos son una reducción de emisiones de CO2 del 40%, un 40% de ahorro de energía y un 30% de renovables. El Parlamento europeo considera que los objetivos a largo plazo son necesarios para dar seguridad a las inversiones y para desarrollar la mayor integración de renovables en las redes y la oferta europea de sistemas de almacenamiento energético. “De la misma manera que Europa ha alcanzado el liderazgo mundial en renovables por sus objetivos del 20+20+20 en 2020, sólo podrá mantener ese liderazgo en 2030 con objetivos más ambiciosos a largo plazo”, asegura Javier García Breva.
El enfoque integral de los tres objetivos supondría ahorros anuales a la UE de entre 175.000 a 320.000 millones de euros y crearía en 2020 tres millones de empleos en energías renovables y dos millones de empleos en la eficiencia energética. Por otra parte, el Parlamento exige que se garantice la estabilidad regulatoria sin medidas retroactivas, así como la eliminación de todas las ayudas a los combustibles fósiles. “La no existencia de objetivos de renovables y eficiencia energética repercutiría en un mayor coste de la energía”, destaca García Breva.
La eficiencia energética se convierte en el pilar de la política de clima y energía de la UE
El Parlamento europeo afirma que los objetivos de eficiencia energética son claves para alcanzar el resto de objetivos para 2030. Considera que el cumplimiento del 40% de objetivo de eficiencia energética generaría una reducción de las emisiones de un 50% como mínimo para 2030 e incrementaría el porcentaje de renovables hasta un 35%. Para ello, pide a los Estados miembros la aplicación plena de las directivas de eficiencia energética y de eficiencia energética de edificios.
El elemento central de esta política será la eficiencia energética en los edificios a través del desarrollo de nuevos materiales de construcción eficientes, el desarrollo del autoconsumo y el cumplimiento de la Directiva 2012/27/UE para llegar al objetivo de consumo cero en edificios para 2050. El Parlamento pide un marco de eficiencia energética en los sectores difusos para la reducción de emisiones de CO2 en los edificios y el transporte, haciéndose especial mención a los sistemas urbanos de calefacción y refrigeración.
El Parlamento rechaza el desarrollo de combustibles no convencionales, exigiendo la protección de la salud pública cuando se presente la legislación relativa el fracking. Hace especial hincapié en las interconexiones eléctricas y en el almacenamiento de energía. Señala a la vez la importancia de avanzar hacia la generación descentralizada y al autoconsumo compartido, haciendo referencia al fomento de la participación de los consumidores, incluidas las cooperativas.
“El Parlamento europeo demanda la elaboración de una estrategia de política industrial que aproveche los impactos en el crecimiento económico y el empleo generados por el cumplimiento de los objetivos de 2030 a través de las fuentes energéticas propias. En segundo lugar, pide que la legislación obligue a los Estados miembros a elaborar planes nacionales de cumplimiento de la hoja de ruta de la Unión Europea para una economía descarbonizada y competitiva en 2050”, concluye Javier García Breva.