21 de Septiembre – DÍA INTERNACIONAL DE LA PAZ-
Mahatma Gandhi, que hizo de la fraternidad universal y de la no-violencia el eje central de su vida y de su mensaje, escribió:
«La no-violencia en su forma activa es buena voluntad hacia todo lo que vive. Es perfecto amor».
«El hombre tiene que saber sencillamente que el mal viene del mal. Lo mismo que el bien, por su parte, se explica por el bien… La lección que hay que sacar de esta tragedia de la bomba atómica es que no nos libraremos de su amenaza fabricando otras bombas más destructoras todavía, puesto que la violencia no es capaz de hacer desaparecer la violencia. La humanidad no puede librarse de la violencia más que por medio de la no-violencia. Sólo el amor es capaz de vencer el odio. Responder al odio con el odio equivale a agravar sus efectos más todavía».
«La no-violencia es la fuerza más grande que la humanidad tiene a su disposición. Es más poderosa que el arma más destructiva inventada por el hombre. La destrucción no corresponde ni mucho menos a la ley de los hombres. Vivir libre es estar dispuesto a morir, si es preciso, a manos del prójimo, pero nunca a darle muerte. Sea cual fuera el motivo, todo homicidio y todo atentado contra la persona es un crimen contra la humanidad».
«Se podría llegar a una paz permanente si los conductores reconocidos de la humanidad, que controlan las máquinas de destrucción, renunciaran por completo a utilizarlas, sabiendo plenamente lo que esto implica».
«Reitero mi convicción de que no habrá paz para los aliados ni para el mundo a menos que dejen de lado su certidumbre sobre la eficacia de la guerra y su terrible correlato de impostura y fraude y se decidan a trabajar por una paz real basada en la libertad y en la igualdad de todas las razas y naciones».
«Hagamos que nuestro primer acto matinal sea repetir este propósito para el resto del día: `No temeré a nadie en la tierra, sólo he de temer a Dios. No alimentaré mala voluntad para con nadie; no me someteré a las injusticias de persona alguna. Dominaré lo falso con la verdad y para oponerme a lo falso aguantaré cualquier sufrimiento».
«Mi credo de la no-violencia es una fuerza extremadamente activa. En él no hay lugar para la cobardía ni tampoco para la debilidad. Hay esperanzas de que el hombre violento sea algún día no-violento, pero no hay ninguna esperanza para el cobarde».
«La verdadera no-violencia es imposible si no se posee una intrepidez inalterable».