Algo está moviéndose en el campo y no sólo por el regreso de muchos trabajadores que buscan una salida laboral. Pequeñas empresas han visto en la innovación y la tecnología la fórmula para sobrevivir, exportar e, incluso, generar puestos de trabajo.
Muchas de ellas eran pequeñas empresas de pueblo al borde de la desaparición, ahogadas por la crisis y sometidas a los estrechos márgenes que dejan los distribuidores. Sin embargo, y cuando el panorama es más negro, agricultores y ganaderos de la provincia han decidido emprender el camino de la innovación y la tecnología. Y no les ha ido mal. Ejemplos hay muchos y Eladio Aniorte, presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, Asaja, los conoce bien. «Hay gente que está apostando por nuevos cultivos, otros por comercializar ellos mismos lo que producen o por desarrollar ideas originales», explica. Un impulso que llega de la mano de gente joven. «A los más mayores esto nos coge ya a destiempo y nos da más miedo correr riesgos».
Con más de mil millones de euros facturados por sus exportaciones en 2012, y un crecimiento de las ventas al exterior del 15% en los siete primeros meses de este año, la agricultura se ha convertido, junto al turismo, en una de las actividades que mejor aguanta la crisis generando, además, empleo.
Pese a estas buenas cifras, Aniorte cree que de plantar y recolectar no se vive. «Hacen falta nuevas ideas y llevarlas a la práctica». Precisamente, se acaban de acordar las ayudas que el sector recibirá dentro de la Política Agraria Común. «La Comunidad Valenciana recibirá entre 200 y 300 millones de euros». Un dinero, «que muchos agricultores invierten precisamente en modernizar sus cultivos».
En las universidades saben muy bien de la importancia de la innovación si se quiere vivir de la tierra. «Si innovas creas una venta competitiva y tu empresa tiene más posibilidades de dar el salto al exterior y de diferenciarte de la competencia», destaca José Ángel Pérez, director del Grupo de Investigación de Industrialización de Productos de Origen Animal de la Universidad Miguel Hernández. Sin embargo, para este investigador «innovar es una ciencia. No te puedes levantar un día y decir «voy a crear algo nuevo». Hay que tener en cuenta muchas cuestiones, desde económicas a antropológicas y hasta culturales, porque lo que aquí es una costumbre en otros países, o incluso en otras zonas de España, puede que no funcione».
Sin embargo, desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, Coag,su portavoz en Alicante, Juanmi Montaner, creen que «invertir sigue siendo muy caro, sobre todo para la gente joven que empieza y que es la que tiene la mentalidad para emprender proyectos de este tipo». Por eso, la mayoría de nuevos empresarios «están apostando por los cultivos ecológicos, que son mucho más rentables».
De ahí, cree este representante de Coag, «que España se haya convertido en la principal productora y exportadora de este tipo de cultivos».