INOVES – Lo que esconde el Reciclaje Made in Europe

El futuro de la recuperación y el reciclaje de papel y cartón en España corre un serio peligro, derivado de presiones proteccionistas encubiertas, bajo falsos argumentos ambientales.

Papel embalado

Papel embalado

¿De qué estamos hablando?

La campaña Reciclaje Made in Europe promueve la posibilidad de priorizar el reciclaje de residuos dentro de la Unión Europea, es decir, limitar el libre comercio de materiales reciclables. La promoción de la industria recicladora europea, la creación de empleo verde en Europa, la reducción de las emisiones asociadas al transporte de los residuos, son algunas de las razones que sostienen esta campaña, en pos de alcanzar una economía circular basada en la sociedad del reciclado.

Sin embargo, desde el punto de vista de REPACAR, asociación que representa a más de 170 instalaciones de la industria de la recuperación de residuos de papel y cartón en toda España, que generan más 18.500 empleos y una facturación anual de 810 millones de euros, tras estos argumentos se esconden los intereses económicos de determinados sectores, que lógicamente operan en mercados abiertos y que quieren mantener su competitividad frente a las industrias de otros países. Todo ello, sin tener en cuenta las afecciones negativas que la aplicación de este tipo de medidas puede generar en otros sectores económicos de su propio país, ni las consecuencias finales  para el medio ambiente.

Cristina Afán de Ribera

Cristina Afán de Ribera

La promoción de la industria recicladora europea

En la Unión Europea no hay capacidad suficiente para reciclar todos los residuos de papel y cartón que se recuperan. La industria recicladora europea tiene papel recuperado disponible suficiente en Europa para satisfacer sus necesidades por lo que desde el punto de vista del abastecimiento su capacidad de reciclaje está más que garantizada.

Como consecuencia directa de la correcta aplicación de las políticas europeas en materia de gestión de residuos y la colaboración entre los ciudadanos, las administraciones públicas y el sector privado, en los últimos diez años en Europa se ha incrementado la recogida, clasificación y procesamiento de residuos de papel y cartón, aumentando la disponibilidad de estos materiales para su reciclaje.

Clasificación de residuos

Clasificación de residuos

Actualmente, Europa está a la cabeza en reciclaje de papel y cartón, donde se roza ya el límite técnico de recogida. El aumento de las tasas de recogida y reciclado la han posicionado como un referente mundial.

En 2013, en Europa se recogieron y procesaron 58 millones de toneladas de papel recuperado, de las cuales 49 millones fueron consumidas por la industria recicladora europea y 9 millones de excedente fueron exportadas a otros mercados, al no haber capacidad suficiente para consumirlas en Europa. De hecho, las fábricas papeleras europeas exportaron directamente 3 millones de toneladas de papel recuperado.

En Francia, por ejemplo, se recogieron 7 millones de toneladas de papel recuperado, de las cuales 5 millones fueron consumidas por la industria local y 2 millones de excedente fueron exportadas a otros países de la UE (un 80%) y a Asia (un 20%).

En la Unión Europea no hay capacidad suficiente para reciclar todos los residuos de papel y cartón que se recuperan

El excedente de papel recuperado europeo, se exporta a otros mercados, principalmente a China,  destino clave para el reciclado en todo el mundo, al ser el país de mayor crecimiento económico mundial y donde se producen y se embalan una gran cantidad de bienes de consumo que terminan en Europa. China, comenzó a importar materiales reciclables como papel, plástico o chatarra de los EE.UU., Europa y otros países desarrollados en grandes cantidades a partir de su entrada en la Organización Mundial del Comercio, en torno al año 2000.

Así, bajo el argumento de promover a la industria recicladora europea, de la cual también forma parte la industria de la recuperación, como parte integrante de la cadena del reciclado, se esconde una restricción encubierta al libre comercio de papel recuperado. Si no existe capacidad suficiente para dar salida a todo este material excedentario en Europa, y se limitan sus exportaciones, la única alternativa posible para ese material pasa por ser incinerado o depositado en vertedero. Al mismo tiempo se estaría desincentivando la recogida y el tratamiento, con el correspondiente sinsentido económico y medioambiental, y poniendo en riesgo de supervivencia a una parte de la cadena de la industria europea del reciclado, la encarga de mantener los sistemas de recuperación y reciclado.

La creación de empleo verde en Europa

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Aprovechándose de la violenta crisis en la que está sumida la economía mundial el argumento de “crear empleo”, y más si este es “verde”, neutraliza cualquier interrogante y favorece que las administraciones públicas adopten medidas inmediatas de por si ilógicas.

Si analizamos el segundo argumento de la campaña, el empleo, cabe  recordar que, en Europa, el sector de la recuperación de papel recuperado emplea a más de 500.000 trabajadores. En España esta industria mantuvo en 2012, más de 18.500 empleos, con una facturación de 810 millones de euros, de los cuales aproximadamente 74 millones de euros procedían del comercio internacional de papel recuperado.

Para generar empleo, además de crecer, primero hay que mantener el que hay. Dado que en Europa no hay capacidad suficiente para reciclar todos los residuos de papel y cartón que se recuperan, el sector debe y puede, porque así se lo permite el tratado del libre comercio, exportar el excedente de este material a otros mercados donde se demanda y se necesita. De esta manera, el sector no solamente contribuye a alcanzar una economía circular basada en la sociedad del reciclado, tal y como establecen las políticas europeas, si no que también logra mantenerse y crecer. Estas nuevas oportunidades de crecimiento permiten mantener y crear nuevos empleos; reducir la demanda, cada vez mayor, de recursos los mundiales; favorecer un uso más eficaz a nivel mundial de los recursos; y, en último término, garantizar la competitividad de la industria a nivel internacional.

En Europa, el sector de la recuperación de papel recuperado emplea a más de 500.000 trabajadores

Cualquier medida destinada a restringir el libre comercio de bienes y servicios medioambientales va en contra de la estrategia europea “una Europa que utilice eficazmente los recursos”, cuyo objetivo es eliminar los obstáculos que dificulten el funcionamiento del mercado europeo del reciclaje y estimular dicho mercado fomentando la demanda y la disponibilidad de materiales reciclados. Es decir, evitar que los residuos reciclables sean eliminados en vertederos y se desperdicien como fuente de recursos.

En una economía de libre mercado, el Reciclaje Made in Europe supone una medida injustificada, de corte proteccionista, destinada a restringir el libre comercio de materiales reciclables. En este contexto, el sector español de la recuperación de residuos de papel vería desincentivada su capacidad de crecimiento y podría dejar de contar con un potencial económico de 74 millones de euros, procedente de la exportación, lo cual se traduce en una perdida directa de 1.700 empleos.

Por el contrario, si se favorecen políticas que estimulen este mercado, fomentando la demanda y la disponibilidad de materiales reciclados, se podrían sustituir vertederos o plantas de eliminación por plantas de reciclaje, lo que supondría la creación de 400.000 empleos verdes en Europa.

La reducción de las emisiones asociadas al transporte de los residuos

embaladora

Embaladora

Las estrategias de protección del medio ambiente no deben acabar siendo una herramienta para restringir el comercio internacional, ni deben aplicarse si no existen parámetros objetivos que demuestren su contribución a la conservación del medio ambiente a escala global.

La campaña Reciclaje Made in Europe utiliza razones de carácter medioambiental y, en concreto, el impacto ambiental causado por el trasporte de residuos reciclables fuera de la Unión Europea.

Sin embargo, si se analiza el problema de forma global, modo en el cual se estudia el medio ambiente, existen evidencias de que el daño medioambiental, junto con el económico a medio plazo, sería mayor si limitamos el destino del papel recuperado que se comercializa a nivel mundial, fijando un destino común y preferente para una fuente de recogida local.

A continuación se enumeran las principales circunstancias que deben evaluarse de cara a acreditar la validez de los argumentos medio ambientales de la campaña. Todas ellas deben analizarse tanto desde la perspectiva de la exportación fuera de la Unión Europea como desde el tratamiento dentro de ella:

  • Contaminación producida por el medio de transporte, incluyendo las emisiones de gases de efecto invernadero: el transporte terrestre y el marítimo conllevan emisiones de distinta índole, así como riesgos derivados de accidentes, etc.
    Así, el transporte marítimo reduce en más de un 65% el volumen de emisiones por kilómetro y tonelada transportada, en comparación con el transporte por carretera.
  • Distancia a recorrer desde el punto de recogida hasta el punto en el que se encuentre la instalación en la que será tratado: es posible que traslados dentro de la Unión Europea (incluso dentro del mismo Estado miembro) requieran recorrer mayores distancias que un traslado a un país extracomunitario.
    En este sentido, según los argumento del Reciclaje Made in Europe, el tratamiento de los residuos de una ciudad como Madrid, generaría menos impacto si se gestionasen en Finlandia, país de la Unión Europea, (Madrid-Helsinki: 3.831 Km de transporte por carretera más 86 Km por transporte marítimo) que si se gestionasen en Marruecos (Madrid-Tánger: 656 Km de transporte por carretera más 54 Km por transporte marítimo).
  • Contexto en el que se produce el transporte: si se transporta específicamente los residuos de papel y cartón o también otros residuos o productos. A este respecto, no es baladí considerar si el transporte va a ser empleado de todos modos. Por ejemplo, cuando un barco llega a la Unión Europea cargado de productos, pero vuelve al país extracomunitario de origen sin carga para traer más productos a la Unión Europea.
    En el caso concreto de China, hay que tener en cuenta que el desequilibrio comercial existente entre este país y Europa obliga a que la mayoría de los contenedores regresen vacíos a China. Este hecho es de primordial importancia cuando se calculan las emisiones del transporte por el método tradicional, que incluye las emisiones asociadas con el peso íntegro del buque y no sólo la carga. Así pues, y dado que los contenedores viajarán de todos modos vayan vacíos o llenos, a la hora de realizar el estudio debe de considerarse únicamente el incremento marginal de las emisiones debido a la carga, lo que reduce aún más el nivel de emisiones de CO2.
    A lo anterior hay que añadir que el envío de estos materiales a China se realiza utilizando sistemas de logística inversa y verde, que aprovechan los contenedores marítimos de retorno, evitando que regresen un elevado número de contenedores de transporte de Europa a China vacíos.
  • Impactos causados por actividades alternativas: si la industria que hace uso de los residuos de papel y cartón no puede contar con esa materia prima, tendrá que recurrir a fibras vírgenes, con el consiguiente consumo de recursos naturales e impactos ambientales.

En el caso de Europa, si se deja de enviar este material a otros mercados internacionales, el sobrante de papel y cartón recuperado sería depositado en un vertedero o incinerado, lo cual incrementaría de forma importante las emisiones europeas de papel y cartón.

Todo esto sin incluir otras cuestiones no estrictamente medioambientales, como serían, por ejemplo, los impactos socioeconómicos por deslocalización de empresas, pérdida de puestos de trabajo, etc.-

En el Reino Unido, el organismo independiente WRAP (Programa de Acción de Residuos y Recursos) publicó un estudio titulado: Impacto de las emisiones de CO2 del transporte de papel recuperado y botellas de plástico desde el Reino Unido a China”, que evalúa todas estas circunstancias y cuantifica con método científico el impacto ambiental y las emisiones de CO2 asociadas al transporte por las exportaciones de materiales reciclables a China, para los casos concretos de los residuos de papel y plástico.

Los resultados del estudio muestran que las emisiones de CO2 asociadas al transporte de una tonelada de papel recuperado, desde el Reino Unido a China, se encuentran entre 154kg. y 213kg. de CO2, niveles de emisión mínimos en comparación con el ahorro global en términos de carbono asociados al proceso de reciclaje de dicho material, que se sitúa en 1.300kg de CO2 por tonelada reciclada.

Por lo que concluye que, aunque, efectivamente, se produce un cierto impacto ambiental derivado del transporte, la exportación en su conjunto es ambientalmente sostenible, ya que los beneficios globales del reciclado de papel, y no olvidemos que además se trata de excedentes, superan con creces las emisiones asociadas al transporte, por lo que la contribución de esta etapa al balance ambiental global del proceso de reciclado es mínima en comparación con los beneficios ambientales de todo el proceso.

Por ello, desde REPACAR entendemos que una vez que el residuo de papel y cartón es tratado y adecuado, para su consumo como fibra de celulosa recuperada por parte del recuperador, pasa a ser una materia prima y, como tal, está sujeta a la libre circulación de mercancías igual que cualquier otro producto, sometida a los flujos mundiales de oferta y demanda, sin que por ello se produzca ningún daño medioambiental ni social.

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